El tendón de Aquiles se encuentra en la parte posterior del pie, justo encima del talón. En un tendón grueso, fuerte, que conecta el talón con los dos músculos de la pantorrilla y ayuda a los pies a avanzar hacia adelante al dar un paso.
Si el tendón se hincha o se irrita debido al uso excesivo, puede evolucionar a una afección dolorosa denominada tendinitis de Aquiles o tendinitis aquileana. Es una lesión muy frecuente entre los corredores y en una ocasión vi cuando a un corredor, en el Parque del Este, se le rompió el tendón de Aquiles, lo que sin duda amerita operación.
Es una de esas lesiones que se no se pueden obviar. Si no se trata, puede volverse crónica. Su causa es variada, ya que puede deberse a cambios en la altura del tacón, por una pronación excesiva, por correr muy habitualmente en zonas de pendiente muy elevada o por un calentamiento insuficiente.
Ante la lesión, lo ideal es tomar medidas lo antes posible. Hay cuatro fundamentales, circunscritas a cuatro letras DICE.
D, de descanso. Deja de correr durante una semana. Puedes hacer otros deportes que no someta a los pies a tensiones como natación.
I, de Hielo (ice, en inglés). El frío es anti-inflamatorio natural por excelencia. Lo mejor es aplicarlo sobre el tendón apenas hayamos culminado los ejercicios.
C, de comprensión. Utiliza un vendaje elástico para eliminar cargas
E, de elevación. Eleva el pie hasta que esté por encima del nivel del corazón, y si es posible, intenta dormir también cumpliendo esta condición. Vas a lograr que se reduzca la inflamación y vas a favorecer el riego y el retorno venoso.
Fuente: www.sportlife.es
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