Investigaciones recientes han confirmado que más de un tercio de la población mundial está más activa ahora que antes de que comenzara la pandemia de COVID-19. Es por ello que el fisiólogo del ejercicio Dick Telford, maratonista con 2h27 minutos y quien fue jefe de Fisiología y Nutrición Aplicada en el Instituto Australiano del Deporte, comparte algunos tips que todo corredor debe saber, no sin antes recordar lo siguiente:
«Correr es una excelente manera de hacer ejercicio, porque se realiza mucha actividad física y producción de energía en un corto período de tiempo. La actividad física nos hace sentir bien y la relación músculo-cerebro a través de los nervios y las hormonas explica por qué correr es una excelente manera de mantenerse sano en momentos como el actual».
Consejo 1: trate el cambio con precaución
Hay que comenzar a correr en forma gradual y sintiendo el camino. No hay necesidad de desbocarse. Solo necesita una frecuencia de respiración controlada constante. Correr más rápido o correr más tiempo, o subir y bajar cuestas son cambios que deben introducirse gradualmente.
Comience siempre dentro de su capacidad. A menudo sobreestimamos esto. Incluso los mejores corredores lo hacen y pagan esto lesionándose.
Al iniciar un programa en ejecución hay que sentirse como lo hace el mejor corredor. El cansancio y el dolor significan que se requiere más tiempo entre las carreras. Sus nervios envían un mensaje a su cerebro en nombre de sus músculos y articulaciones, diciéndole que espere un poco más antes de pedir que lo haga nuevamente.
Consejo 2: piense en correr como un deporte de contacto
Junto con la impaciencia, uno de los mayores errores cometidos por los nuevos corredores es la falta de voluntad para reconocer que correr es un deporte de contacto. Una y otra vez, zancada tras zancada. Un corredor hará contacto con el suelo con una fuerza mayor que su peso corporal.
Ponga el dedo del pie en el agua antes de sumergirse. Evite cambios demasiado ambiciosos en la distancia de carrera, velocidad, frecuencia, superficies o temperaturas. Permita que sus músculos, huesos, tendones, corazón y pulmones se adapten entre sus sesiones de trote. La adaptación no ocurre en cinco minutos. Puede tomar uno o dos días para que el cuerpo se adapte y se «ajuste» a la tarea.
Consejo 3: minimiza el movimiento de la parte superior del cuerpo
Todos tenemos nuestro estilo y solo cuando se destacan los defectos muy obvios deberíamos hacer cambios radicales en la forma en que corremos. Después de todo, los cambios en la forma en que nos sentimos naturales pueden causar problemas en sí mismos. Sin embargo, hay algunas cosas en que pensar. Lo primero es la simetría. Tiene sentido que sus brazos y piernas se muevan simétricamente para maximizar la eficiencia y minimizar las discrepancias de rotación que pueden causar lesiones a largo plazo. Otra cosa es evitar movimientos importantes en la parte superior del cuerpo y en los brazos. Se corre con las piernas y los brazos están para mantener el equilibrio.
Cambiar una técnica de carrera es factible pero hay que evitar que eso signifique un nuevo estrés en una articulación que no está preparada para ello.
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