Siempre he escuchado las frases de que la mentira tiene “las patas cortas” o de que “la trampa sale”. Tanto la mentira como la trampa han encontrado en la tecnología a un acérrimo enemigo.
En las carreras de calle, cada vez es más frecuente observar cómo a través de los vídeos y las fotos que se publican en las redes sociales se desnudan las trampas de muchos que se hacen llamar deportistas y que no les importa cortar camino para llegar antes que otros o incluso alcanzar podios inmerecidos.
Ante hechos como los que se han presentado en competencias recientes la contraloría ciudadana es clave para ventilar estas situaciones y desnudar a los infractores, informándoles a los responsables de organizar los eventos cualquier irregularidad, de manera tal que se pueda emitir la sanción correspondiente y suspender a la persona que no solo está afectando la imagen del deporte sino que compromete a la organización del evento.
Por supuesto esto no puede ser una cacería de bruja. Si hay una denuncia tiene que haber un denunciante y esta hacerse con bases sólidas.
A pesar de que en la ruta haya jueces o alfombras que registren los tiempos y sirvan como mecanismo de control es fundamental el papel que los mismos corredores podemos desempeñar para depurar las competencias.
Con esto quiero subrayar que, aunque las empresas organizadoras tienen que tomar sus previsiones, los corredores también podemos jugar un rol primordial para lograr que el “Fairplay” o juego limpio llegue a las carreras de calle.
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Sancionarán a “corredores infractores” con acciones civiles, penales o administrativas
Sancionarán a “corredores infractores” con acciones civiles, penales o administrativas