Además de ser incómodas y en ocasiones dolorosas, las ampollas son un verdadero dolor de cabeza para cualquier corredor de asfalto o de montaña.
Varios son los aspectos a considerar para prevenir su surgimiento:
Usa los zapatos correctos. Si son demasiado grandes, los pies se moverán muy libremente. Por el contrario, en caso de ser muy pequeños causarán fricción y ampollas.
Es clave que los zapatos que se utilice sean los adecuados para el tipo de terreno. No es lo mismo correr en una pista que en una montaña.
También es fundamental que los calcetines deben ser hechos de materiales transpirables y absorbentes de humedad. Hay que evitar los de algodón muy gruesos. Y sus costuras deben ser planas.
“Antes de salir a correr asegúrate de que tus pies estén secos y limpios. La humedad y la suciedad pueden aumentar la fricción y la aparición de ampollas. Si tienes los pies sudorosos puedes usar talco o polvo para bebés. Igual puedes aplicar una crema o loción antifricción en los talones y en los dedos de los pies”, señala la página especializada espnrun.com.
En los entrenamientos atento a cualquier sensación incómoda. Si sientes que se forma una ampolla, resguarda la zona afectada con una cinta adhesiva especial.
Después de correr asegúrate de lavar y secar bien los pies.
Nunca revientes una ampolla, porque se eleva el riesgo de infección. Cúbrela y deja que se cure sola.
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