Es muy normal en las competencias e incluso en los entrenamientos ingerir un cambur o una naranja. Antes de la pandemia, una vez cruzar la meta en las presenciales el corredor recibía un cambur, una naranja y a veces ambos. La razón no solo es por costos sino también debido a sus beneficios.
Además de que se puede transportar muy fácilmente, el cambur está lleno de nutrientes. Es una rica fuente de carbohidratos, que permite abastecer de energía al organismo, y de potasio que ayuda a evitar los calambres. Tiene triptófano, un aminoácido que ayuda al organismo a producir serotonina, el neurotransmisor asociado con la felicidad. También tiene una aceptable dosis de fibra y vitamina B6, que regula los niveles de glucosa en la sangre.
Sin la fama del cambur, la naranja y la mandarina igualmente pueden ser buenas opciones para recuperarnos de un exigente entrenamiento. Y es que ambos son capaces de brindar un alto aporte de vitamina C, minerales y otros nutrientes que ayudan a una más rápida recuperación.
Otras de las ventajas de estos dos cítricos son las siguientes:
- Aliadas contra el estrés y la depresión por sus elevados niveles de vitaminas y oligoelementos.
- Buen analgésico para los dolores de estómago, al estimular los músculos estomacales, desinfectar y disolver residuos de los procesos digestivos.
- Poseen propiedades diuréticas que favorecen la eliminación de sustancias que se pueden depositar en el hígado, páncreas, vejiga y próstata.
- Al contener grandes cantidades de vitaminas C y sustancias con actividad prebiótica potencian la inmunidad del organismo.
- Proveen buenas dosis de antioxidantes si se consumen regularmente.
Vale subrayar que sus beneficios se minimizan cuando dejan de consumirse en forma natural.
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