Caracas.- Más de una vez me sucedió que fui a un examen de sangre y tenía la hemoglobina algo baja, lo que si no se corrige puede desencadenar una anemia.
Según la página www.roche.com.ve, la anemia es una disminución de la hemoglobina, en comparación con los valores normales para individuos de la misma edad y género. Corresponde siempre a un síntoma de otra afección subyacente o de malnutrición. El diagnóstico aislado de anemia nunca es un diagnóstico completo.
Generalmente, la anemia se identifica por la existencia de resultados fuera del intervalo normal en análisis de laboratorios. Solo un porcentaje pequeño de pacientes presenta anemia ya en estado avanzado, acompañada de signos y síntomas, lo que torna extremadamente difícil determinar con exactitud la prevalencia real del padecimiento; la causa más común es la falta de hierro. Una alimentación pobre en hierro es un factor importante para el desarrollo de anemia.
En el caso de las mujeres, además del déficit de hierro, puede deberse a menstruaciones abundantes. También puede ser propiciada a alguna condición particular que no permite que se absorba correctamente este mineral.
¿Consecuencias? Pocas fuerzas y caída en el rendimiento al correr, cansancio extremo y una disminución de la concentración para las actividades diarias.
Y es que cuando nuestro organismo tiene menos hierro del necesario, en los músculos se produce menos mioglobina y hay menor disponibilidad de oxígeno para desarrollar la actividad. La alimentación es clave no solo porque es necesario incorporar alimentos ricos en hierro sino también hay que estar atento a qué infusiones se ingieren después de comer o como se combinan las comidas.
“Para prevenir episodios de ciertos tipos de anemia, especialmente los que se deben a la carencia de hierro y vitaminas, se pueden llevar a cabo cambios en la alimentación o recurrir a los suplementos alimenticios”, señala la página www.cuidateplus.marca.com
La carne vacuna, pollo y pescado, frutas ricas en Vitamina C como la naranja, limón, fresas y mandarina, al igual que alimentos como lentejas, espinacas, acelgas u hortalizas similares son ricas en hierro, pero para que estos alimentos mantengan sus propiedades se recomienda cocinarlos al vapor o a la brasa, y no acompañarlos de algunos de los «enemigos» de este mineral:
- Los derivados de la leche
- Los alimentos muy altos en fibra
- La yema de huevo
- Las comidas ricas en grasas
- Infusiones como el té y el café
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