La respuesta a esta interrogante es muy amplia y a la hora de correr todas favorecen a los keniatas, que junto a los etíopes se han convertido en las últimas décadas en los reyes de la larga distancia en el mundo.
Un estudio del Centro de Investigación Muscular de Copenhagen (Dinamarca), realizado por H. B. Larsen y A. W. Sheel, revela cuáles son las claves de su dominio. Elementos como la fisiología y el ambiente forman parte del análisis.
Uno de los primeros aspectos de su poderío tiene que ver con el consumo de VO2Max, que en los keniatas oscila entre 80 y 85 mL/kg/min. El hombre récord en maratón, Eliud Kipchoge, sitúa su capacidad de consumo de oxígeno en 78.0 ml/min/kg.
“El VO2 Max o consumo máximo de oxígeno es la cantidad máxima de oxígeno que nuestro organismo puede transportar en un intervalo concreto de tiempo, habitualmente expresado en litros por minuto (L/min). Aunque si lo que realmente queremos es relacionarlo en términos de eficiencia y rendimiento deportivo, lo más habitual es expresarlo en mililitros por kilo y por minuto (ml/kg/min). De esta forma estaremos relacionado la magnitud con nuestro organismo y con nuestro propio peso corporal”, indica www.sport.es
Este valor es muy personal y aunque puede elevarse con el entrenamiento es condicionado por factores fisiológicos e innatos como la capacidad y tamaño de órganos como el corazón o los pulmones, la cantidad y tipología de fibras musculares o la masa ósea del individuo.
Fibras musculares de contracción lenta
Otro factor que hace de los keniatas unos privilegiados en este sentido son las fibras musculares de tipo 1 que le caracterizan. Y vale la siguiente explicación: dentro de un músculo encontramos principalmente fibras de contracción lenta (tipo 1 o rojas) y las de contracción rápida (tipo 2 o blancas). Las fibras musculares de contracción lentas contienen un gran número de mitocondrias, un metabolismo aeróbico alto y una mayor resistencia a la fatiga.
Distintos estudios han demostrado que los corredores élite de Kenia cuentan con una alta proporción de fibras musculares de esas características.
“Además, en su momento se descubrió que los tendones de Aquiles de los keniatas tienen un menor ciclo estiramiento-acortamiento para producir una mayor reactividad, y que contraen menos fibras musculares para hacer el mismo movimiento. Esto, como se ha demostrado con el uso de las zapatillas de placa de carbono (que emulan esa estructura), supone una mayor eficiencia (menor gasto) y eficacia (más movimiento)”, expresa un reportaje de Planeta Triatlón.
Otro aspecto que han revelado algunas investigaciones tiene que ver con su alta motivación por el éxito económico, un hecho muy importante en un país con altas tasas de paro y pobreza. Muchos jóvenes ven cómo otros compatriotas han alcanzado lo que consideran éxito a través del “running”.
Déficit calórico
También pareciera clave en el éxito su alimentación, que fundamentalmente está basada en carbohidratos que suponen el 75% de la ingesta diaria, frente al 15% de las grasas y apenas 10% de las proteínas. Habitualmente un corredor consume un 55-60% de carbo, 15-20% de grasas y un 20-25% de proteínas.
El ugali, un puré a base de harina de maíz muy similar a la polenta, es la base de su alimentación, aunque también consumen arroz y pasta.
En el libro Correr con los keniatas se puede leer lo bastante saludable que es su alimentación.
Según Jordan Santos-Concejero, doctor en Biología de la Universidad de Ciudad del Cabo, sufren de déficit calórico (la demanda energética es superior a lo que ingieren). En periodos de competencia pueden alcanzar pesos muy bajos.
Para escribir este trabajo conseguí información sobre el bajo consumo de líquido de los keniatas en competencia. Tienen alta capacidad de aguantar sin beber a lo largo de las carreras, lo que les ha llevado en ocasiones a llegar deshidratados a la meta.
Junto a estos factores hay otros que proporcionan a Kipchoge, Rhones Kipruto o a Peres Jepchipchir, entre otros, una positiva diferencia: una predisposición genética para las pruebas de fondo, hemoglobina y hematocritos relativamente altos, composición favorable de la fibra músculo-esquelética y perfil de las enzimas oxidantes, estilo de vida y entrenamiento en altitud.
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