Varios aspectos a destacar dejó la final de los 200 metros planos del Mundial de Atletismo de Londres, la misma distancia donde por años reinó el jamaicano Usain Bolt.
El primero tiene que ver con la ausencia de Jamaica. Bolt ya había anunciado que no estaría y el país caribeño esperaba que uno de los llamados a sucederlo se llevara el oro: Johan Blake. Sin embargo, el joven ni siquiera pudo superar la ronda semifinal. No ver a Jamaica entre los nueve finalistas ya era a destacar, como también lo era la presencia del botswanés Isaac Makwala.
Llamado a disputarle el oro al sudafricano Wayde van Niekerk en los 400 metros, un brote infeccioso en su área de concentración en Londres lo llevó a estar en cuarentena, por lo que no pudo estar en la final de los 400 metros. Una excepción de la IAAF lo llevó ayer a buscar en solitario su clasificación y más tarde lograr en semifinal su pase a la instancia decisiva celebrada este jueves.
Creo, sin embargo, que el elemento más destacado fue el triunfo de un hombre blanco, en este caso del azerbayano de nacionalidad turca Ramil Guliyev, con 20.09. Lleno de tatuajes fue el primer sorprendido a ver su nombre en pantalla. Hermoso el gesto de colgarse luego las dos banderas sobre su espalda.
Fue un final de fotografía, pues cuando a 20 metros muchos creían que Wayde van Niekerk (20.11) lograría su otro oro, por el centro apareció Guliyev para arrebatarle lo más alto del podio. El tercero fue para el joven de Trinidad/Tobago Jereem Richards (20.11).
Lástima que Bolt haya decidido no disputar esta carrera.
El estadounidense Michael Johnson, que había sido desposeído el año pasado en Río-2016 por Van Niekerk del récord del mundo de 400 metros, que tenía desde hacía 17 años, seguirá siendo el único atleta en haber logrado el doblete de las dos distancias, en el Mundial de Gotemburgo (Suecia) en 1995 y en los Juegos de Atlanta de 1996.
@42kilometros