Las zapatillas o zapatos de correr son fundamentales para cualquier corredor y darle más kilómetros de vida siempre es una de sus metas, sobre todo en estos tiempos en que la crisis económica se ha extendido por todo el mundo y donde de una u otra forma ha tocado a cada familia.
A continuación 10 consejos para alargar la vida a tus zapatos:
Úsalos para correr. Los zapatos de correr son para eso. No para salir a caminar, a pasear o combinar con un jean porque lucen bien. El uso inadecuado hará que pierdan amortiguación. Llegará el momento en que le puedas dar otro uso.
Cambia el terreno. El asfalto es un come suelas. Aunque cada zapato está diseñado para una modalidad específica de terreno, hay que buscar combinar el entrenamiento sobre asfalto con algo de grama o tierra. Eso ayudará a prolongar su vida.
Evita la humedad. No hace falta que llueva para que las zapatillas se humedezcan. Una respuesta del organismo para equilibrar la temperatura corporal está en la sudoración. Por eso conviene al terminar tu entrenamiento secar los zapatos. Colócalos en un lugar ventilado, con los cordones o trenzas libres y la lengüeta lo más abierta posible. Evita el sol directo por mucho tiempo y si están muy húmedos coloca papel periódico en su interior.
Evita el barro. Al igual que el sudor, el barro también debilita la costura y la suela. Elimínalo con un cepillo antes de guardarlo.
No hay que sacarlos a presión. Hay ocasiones en que no desatamos las trenzas y nos sacamos los zapatos a presión. Eso no es correcto, porque con el tiempo se terminan deformando. Desata y afloja siempre los cordones.
Olvida la lavadora o secadora. Cuando toque lavarlos hazlo a mano con un cepillo y enjuágalos con agua fría y jabón. La lavadora con el tiempo termina deformándolos.
Bicarbonato y agua oxigenada para el mal olor. En caso de que tus zapatos lleguen a adquirir un mal olor, mientras los estés lavando déjalos al menos 30 minutos en agua con bicarbonato y un chorrito de agua oxigenada. Ayuda a eliminar el mal olor. Después enjuaga solo con agua y a secar al sol.
Guárdalos en sitios adecuados. Trata de buscar en el closet su lugar especial. No los arrimes en un rincón bajo de otros zapatos. Ni los guardes en sitios húmedos. La capellada suele ser de un tejido muy delicado que puede romperse o deformarse.
Repáralos. He visto con frecuencia como la capellada (parte superior delantera del calzado) se rompe a la altura de los dedos. Conviene en esas ocasiones ir a algún reparador especialista en este tipo de zapatillas.
Dale otro uso. Al cumplir su tiempo de vida hay que dejar de correr con esas zapatillas para evitar una lesión, pero eso no significa que deben desecharse. Tal vez llegó el momento de usarse para caminar o estar en casa.
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