Cuando de prepararse para una carrera se trata hay que hacerlo así las condiciones no sean las ideales, pues tal vez el día de la competencia el calor o el frío puedan hacerse presentes.
En países tropicales como el nuestro es probable que haya que correr con calor, el que al intensificarse nos hará más cuesta arriba el entrenamiento, e incluso, puede afectar el rendimiento.
Para entrenar con calor es necesario tener un balance entre alimentación, descanso, combinación de rutinas, y lo más importante, la hidratación.
Aunque todos los corredores tenemos características muy particulares y diferentes a otros, es clave en climas calurosos tomar líquidos al menos cada 15 minutos. Con tragos de 100 a 120 mililitros, el cuerpo responderá a esos estímulos y mantendrá la temperatura corporal para evitar un golpe de calor o una lesión.
La cantidad de agua que necesitas depende de tu nivel de entrenamiento y tamaño corporal.
Si se está corriendo más de una hora, incorpora en la ingesta bebida deportiva, que contiene electrolitos y carbohidratos, y tómala cada 15 minutos.
Los corredores como las personas en general deben mantenerse hidratados durante el día y unas dos horas antes de salir a correr bien vale la pena tomarse por lo menos un vaso de líquidos.
Hay que correr con prendas muy ligeras para que la temperatura de la piel se mantenga más fresca. La ropa de color claro refleja el calor y si está un poco holgada, el aire circula mejor.
Las gorras son muy útiles, pues protegen del sol y debajo de ellas puede colocarse hielo. Su efecto refrigerante dura hasta 40 minutos.
Diseña tus rutas por áreas donde haya sombra como pueden ser algunos parques.