Los maravillosos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 bajaron este domingo el telón y una vez más el maratón fue uno de los deportes encargados el último día de ponerle brillo al cierre. Fue una prueba hermosa, donde el keniata Eliud Kipchoge demostró que es el mejor de la historia. Tiene el récord del mundo en Berlín 2018 con 2h01.39, en el INEOS Challenge corrió 1h59.40 y se llevó las preseas de oro en Río 2016 y ahora en Tokio 2020.
Pero mucho se ha escrito de Kipchoge en las últimas horas y es por eso que quiero abordar lo sucedido con el maratonista francés Morhad Amdouni, quien en uno de los puntos de hidratación tumbó todas las botellas de agua. ¿Por qué lo hizo? Él lo sabrá. No creo como han indicado algunos comentaristas que haya sido por la presión del momento, por los efectos que tuvo en él el calor y la humedad de Sapporo o porque fue un accidente.
Morhad Amdouni (France) deliberately knocks over all the water for his fellow contesters in the marathon. Abdi Nageeye (Holland) was directly behind him and didn’t get a bottle. Nageeye won silver. Amdouni finished 17th. Karma is a bitch. #Olympics pic.twitter.com/R9YP64T7OI
— Peter Valstar (@pvalstar) August 8, 2021
En las imágenes se observa cómo en el kilómetro 28 arrastra su mano derecha por la mesa y las tumba una a una hasta quedarse con la última. Sin duda una gran demostración de coordinación. Escuchaba por la TV internacional señalar que eso ocurre mucho en los maratones y es una estrategia para perjudicar a tus rivales.
Tengo 20 años corriendo maratones y viéndolos por TV. Nunca había observado algo así. Y por supuesto que perjudica a sus rivales, sobre todo con una temperatura cercana a los 30 grados y con una humedad del 78%.
Tal vez lo de Amdouni fue una locura del momento, pero dejar sin un sorbo de agua a un grupo de corredores que le perseguían fue algo muy grave que pudo perjudicar enormemente a muchos maratonistas agobiados por el calor.
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Una acción totalmente malintencionada y antideportista