Sudar es la respuesta del organismo para eliminar el calor que se genera al ejercitarnos y de esa manera regular la temperatura corporal. En el proceso se elimina agua, toxinas y los llamados electrolitos, unos minerales con carga eléctrica presentes en la sangre y en otros líquidos corporales que intervienen en el funcionamiento del cuerpo humano.
Sodio, magnesio, potasio, calcio y cloro están entre los minerales que más se pierden al sudar. Y es precisamente el sodio el que se elimina en un mayor porcentaje.
¿Cuántas veces no hemos escuchado o leído sobre la necesidad que hay en un entrenamiento o en una competencia, sobre todo si se extienden en el tiempo, de ingerir sodio sea a través de bebidas electrolíticas, en cápsulas o de cloruro de sodio (sal de mesa)? Seguro que muchas veces.
El sodio contribuye con el buen funcionamiento de los músculos y de los nervios, además de controlar la presión arterial y el volumen sanguíneo. Junto con el potasio es clave a la hora de generar impulsos nerviosos para la función cardíaca, la contracción muscular y el transporte de nutrientes. También participa en lo que se denomina el equilibrio osmótico: concentración de sustancias dentro y fuera de las células.
La forma más común de consumir sodio está en la comida, pues se encuentra en la mayoría de los alimentos como un ingrediente natural o como uno añadido en el proceso de elaboración. Un déficit de este mineral podría ocasionar debilidad, los infaltables calambres de los corredores de fondo o deshidratación.
Alimentos como la nata, la leche y los huevos concentran en 100 gramos unos 50 mg de sodio.
Cuidado con la hiponatremia
En entrenamientos y competencia hay que tener muy en cuenta la necesidad de reponer la pérdida de agua y de sodio, cuidando que la ingesta de agua no llegue a ser tan abundante que haga que el sodio se diluya y que se produzca lo que se conoce como hiponatremia, que en contadas ocasiones puede incluso ser mortal.
Entre los síntomas de esta afección están los siguientes:
- Náuseas y vómitos,
- Dolor de cabeza
- Desorientación
- Pérdida de energía, somnolencia y cansancio
- Agitación e irritabilidad
- Debilidad, espasmos o calambres musculares
- Convulsiones
- Coma
La Mayo Medical School señala que el nivel normal de sodio en la sangre oscila entre 135 y 145 miliequivalentes por litro (mEq/L). Y la hiponatremia se produce cuando el mineral se encuentra en el cuerpo por debajo de 135 mEq/L.
Además de la deshidratación y de la ingesta excesiva de agua, la hiponatremia puede también ser la consecuencia al consumo de algunos medicamentos como los diuréticos, antidepresivos y analgésicos; problemas cardíacos, renales y hepáticos; y vómitos y diarrea crónicos.
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