La muerte del corredor venezolano David Yáñez Pacheco, tras ser atropellado por un conductor en estado de ebriedad mientras participaba en la Costa Rica Media Maratón San José 2017, me hizo recordar las repetidas declaraciones que ha hecho el presidente del comité organizador del Maratón CAF, Luis Enrique Berrizbeitia, sobre la seguridad en una carrera. La seguridad es fundamental, es lo principal, después vienen las otras decisiones que garantizan el éxito de una carrera.
En los años que tengo corriendo nunca he estado en una competencia donde haya ocurrido una tragedia como esta, pero sí he visto en ocasiones el abrumador «corneteo» de carros y algún que otro automóvil que entra a la ruta y los mismos corredores le obligan a detenerse y hasta le golpean la carrocería.
Por lo ocurrido en Costa Rica creo que el cierre de calle no es suficiente. No basta con colocar una cinta amarilla para que los carros no entren a la ruta de los atletas. Tampoco un joven con una banderita roja en una calle. Se hace necesario apostar suficiente personal de seguridad para evitar, mejor dicho minimizar, tragedias como la de este domingo, pues a veces la inconsciencia no respeta evento, nacionalidad ni país.
Y en ese caso la inconsciencia fue doble, porque el conductor no solo rebasó el cordón de seguridad sino que lo hizo en estado de ebriedad. Las autoridades le practicaron la “alcoholemia”, que resultó positiva.
La organización de la Costa Rica Media Maratón San José 2017 informó en un comunicado de prensa que el evento contaba con todas las normas de seguridad, los permisos de las autoridades y pólizas de seguro para los corredores que se inscribieron. Estaban presentes 19 oficiales de la Policía de Tránsito, cuatro unidades de soporte avanzado por cualquier emergencia médica cada cinco kilómetros y un jefe de seguridad en esta misma distancia.
Yáñez Pacheco fue trasladado en una ambulancia de la organización en condición grave al hospital Calderón Guardia, donde minutos después fue declarado fallecido.
Entiendo que el joven de 35 años promediaba el kilómetro 17 cuando ocurrió la tragedia.
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