Las estadísticas oficiales hacen referencia a un aumento sostenido de los casos de la COVID-19 en todo el mundo. De acuerdo a la Universidad Johns Hopkins, más de 41,4 millones de personas se han visto afectadas por la enfermedad, por lo que es muy pertinente buscarle respuesta a esta interrogante.
A continuación algunos especialistas abordan el tema:
Sajidxa Mariño, directora del centro Respira Libre. Si la persona se vio afectada de una manera leve debe reanudar en forma paulatina sus actividades, una vez hayan desaparecido todos los síntomas. El reinicio de los entrenamientos deben ser en forma progresiva tal como lo haría después de ausentarse por gripe o por alguna enfermedad.
Si en cambio, la COVID-19 le afectó con una intensidad de moderada a severa, requiriendo hospitalización y apoyo respiratorio, el regreso debe ser bajo estricta supervisión médica, con un estudio imagenológico en el que se vea cuál es el funcionamiento pulmonar. Sin ese estudio no conviene regresar, porque podría haber complicaciones de salud.
Brian Clark, MD, profesor asistente de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale. En los casos leves, las personas con síntomas deben esperar que estos desaparezcan en su totalidad, lo que ocurre entre 10 a 14 días, para reanudar su actividad normal. Durante el tiempo que esté enfermo hay que evitar ejercicios extenuantes pero es importante seguir caminando y mantenerse en movimiento. Estar inmóvil aumenta el riesgo de que se formen coágulos de sangre.
El regreso debe ser a no más del 50 por ciento de su ritmo y distancia. Es muy seguro que la combinación de haber estado enfermo y el prolongado período de descanso hagan que todo sea más difícil. Habrá más cansancio del habitual, pero si además hay dolor en el pecho, desmayos o sensación de que se va a desmayar hay que detenerse y acudir al médico.
El aumento de la intensidad y la distancia debe ser gradual, no más del 10% por semana.
Si los síntomas que padeció fueron graves o requirieron hospitalización conviene la aprobación médica antes de reanudar los ejercicios.
Heather Milton, MS, supervisora de fisiología del ejercicio en el Centro de rendimiento deportivo Langone Health de la Universidad de Nueva York. Si no fue diagnosticado y tuvo síntomas leves similares a los de la COVID-19 conviene tomarse dos semanas después de que se resuelvan los síntomas. La reanudación al ejercicio debe ser lenta y progresiva, a no más del 50% del ritmo y distancias que manejaba hasta antes de la enfermedad. Si requirió hospitalización debe consultar con un profesional médico los pasos a seguir.
Al regresar, llegar a la base que tenía antes de contraer la COVID-19 puede requerir tiempo. No hay que apresurarse y el aumento de ritmo y distancia debe ser progresivo, no más del 10% por semana.
Joshua Zeichner, M.D., Director de Investigación Clínica y Cosmética en Dermatología en el Hospital Mount Sinai en Nueva York. Una de las manifestaciones cutáneas de la COVID-19 es un fenómeno conocido como dedos de los pies COVID. Los pacientes desarrollan manchas similares a hematomas en los dedos que se cree son causadas por la inflamación o la circulación deficiente de los vasos sanguíneos. Los corredores, especialmente aquellos que a veces experimentan magulladuras en las uñas de los pies, deben consultar con su médico si notan algún hematoma o erupciones en los pies.
Fuente: Otorrinolaringóloga Sajidxa Mariño y www.runnersworld.com
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