Los días de confinamiento han llevado a muchos a reinventar sus entrenamientos en casa, aunque lo hecho por el triatlonista Ryan Sandes y el conocido en las redes como el español @coachalbertogo rompieron los moldes.
Vamos con las historias. El sudafricano Ryan Sandes empezó a correr a la 1:15 am del 16 de abril dando vueltas alrededor de su casa en Ciudad del Cabo. Paró cuando su reloj marcó las 100 millas, o sea 160 kilómetros.
Durante el desafío paró a comer algo que había colocado en la mesa de su casa y para cambiarse la roma.
Cuando finalizó el reloj marcaba casi las 4 de la mañana del domingo 17. Había estado corriendo alrededor de su casa durante 26 horas y 27 minutos.
“El circuito en el que Sandes completó la ruta tenía unos 110 metros de largo e incluía un tramo de escaleras, lo que significa que en las 100 millas que cubrió consiguió un desnivel global positivo de 4.500 metros, equivalente a la mitad de la altura del Everest”, cuenta la periodista Ana García de Planeta Triatlón.
«Fue mucho más duro de lo que esperaba. Estoy bastante contento de que haya terminado«, dijo Sandes después de completar el reto que llamó #HomeRun donde dio 1.455 vueltas de 110 metros de longitud en su casa.
A diferencia de cualquier carrera donde seguramente hay cientos de espectadores en la ruta, Sandes contó con el privilegio de tener como apoyo a su hijo Max y a su esposa Vanessa, que se encargó de la hidratación, barritas y otros alimentos.
«Lo que realmente me intrigó de este desafío fue la parte mental ¿Podría uno superar tanto aburrimiento?«, dijo Sandes. Con la expresión trajo al presente dicho hace unos años por el legendario trail runner, Scott Jurek, ganador de la mítica Western States 100-Mile Endurance Run (WSER) durante siete veces consecutivas. «Habló de cómo el último desafío fue correr alrededor de una pista durante 24 horas debido al aburrimiento – la fatiga mental», recordó.
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112 kilómetros por los sanitarios
En España también con el apoyo de su esposa e hija el @coachalbertogo, quien dentro de su casa hizo 112 kilómetros. Tenía previsto correr un ultra en la ciudad de Valencia, pero el coronavirus SARS-CoV-2 no se lo permitió.
Hizo específicamente esa distancia como un homenaje a los sanitarios, por lo que imagino que el 112 es una especie de número para emergencias.
“Buenos días. Son las 8 de la mañana y empieza un nuevo reto personal para mí”, dijo al arrancar. Por momentos en el trazado que implicó habitaciones, pasillo, cocina, le acompañaron detrás sus hijos. En un momento hizo lo que llamó un “parón técnico” para desayunar con la familia. En las imágenes televisivas se le observaba en momentos cargando sobre los hombros a algunos de sus hijos, mientras corría dentro de lo que parecía un apartamento bastante reducido.
La distancia la cubrió en 12 horas 28 minutos 52 segundos.
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