El daño testicular por correr, la cistitis en la mujer o la incontinencia urinaria luego de 30 kilómetros de carrera fueron algunos de los temas abordados esta semana durante una entrevista con el cirujano general y urólogo Tomás Machado.
Los corredores, sin distingo de si se trata de hombres o mujeres, se pueden ver afectados por el impacto continuo que genera el “running” en los órganos del piso pélvico (vejiga, uretra, intestino delgado y recto). En ellos, además, también sufren los testículos y el pene, y en ellas la vagina y el útero.
De acuerdo con este profesional de la medicina graduado en la Universidad Central de Venezuela y en el Hospital Vargas, lo primero es tomar conciencia del hecho y en consecuencia hacer ejercicios en forma progresiva partiendo de la base que al final lo que buscamos es mejorar nuestra calidad de vida.
El uso de ropa adecuada va a ser clave para prevenir cualquier situación incómoda. Los hombres deben evitar, a toda costa, el bamboleo testicular con el uso de licras tipo short y de short con mallas que ajusten bien la zona. Ese bamboleo de los testículos en las bolsas escrotales puede generar rozaduras muy incómodas y golpes a nivel del escroto.
En el caso de las mujeres, los más afectados son los órganos del piso pélvico. Si no se ha trabajado en forma adecuada la musculatura de esta región, la incontinencia urinaria puede convertirse en un dolor de cabeza. Descartó el uso de dispositivos a nivel de la uretra para impedir la fuga de orina, porque generan mucha irritación en la zona vaginal y uretral.
Y para preparar ese piso pélvico el yoga, pilates y los abdominales aportan muy buenos dividendos.
Cuidado con el daño testicular por sumar muchos kilómetros
El también corredor afirmó que más de 55 kilómetros a la semana va a condicionar un daño testicular, que se puede reflejar en una disminución del tamaño de los testículos y caída de una de las hormonas más importante que es la testosterona. También puede propiciar la disfunción eréctil.
“Las investigaciones indican que un 25% de los corredores que superan los 55 kilómetros a la semana en forma frecuente pueden experimentar esta situación. Previo a iniciar un entrenamiento para un maratón hay que hacer una evaluación”, añadió.
Una de las inquietudes de los corredores y triatlonistas en general tuvo que ver con los efectos del ciclismo en el hombre. El llamado ciclismo social no genera mayor problema por la postura en la bici, pero en el caso del ciclismo de competencia la situación es distinta.
Y es que la postura casi acostado sobre el volante genera una compresión nerviosa que después de más de 20 kilómetros produce adormecimiento a nivel del pene y del escroto por la disminución del riego sanguíneo. En el caso del spinning el impacto es menor.
Machado (IG @Tuurologoaldia) señaló que una de las causas de la cistitis en las mujeres que practican natación es por permanecer mucho tiempo con el traje de baño. Asimismo aconsejó orinar antes y después de entrar en la piscina. “Y tomar mucho líquido. La natación es un deporte de bajo impacto pero muy exigente. En la piscina no se siente la deshidratación y esto también repercute en los estados de infección recurrentes”.
No hay que aguantar las ganas de orinar
Ante una pregunta sobre el intenso olor de la orina a pesar de que los exámenes arrojen resultados dentro de parámetros normales indicó que tal vez pudiera deberse a una escasa hidratación durante el día o a contener las ganas de orinar.
A las mujeres en etapa de menopausia aconsejó el uso de óvulos derivados de estrógenos que condicionan un mejor ambiente vaginal y uretral que ayudan a disminuir las infecciones.
Durante la conversación indicó que es normal que en una carrera, sobre todo en un maratón, haya ganas de orinar después de tres o cuatro horas corriendo e ingiriendo líquidos. En este sentido precisó que al pararse y orinar podemos creer que no se ha vaciado por completo la vejiga, pero eso suele ser una
sensación errada por el mismo hecho de cortar el chorro para ingresar en forma inmediata a la competencia.
También consideró normal que después de 30K una mujer pueda perder orina, pues el piso pélvico ha recibido muchos impactos que estimulan a neuroreceptores muy cerca de la vagina y uretra, y aceleran la producción de hormonas y elevan las contracciones.
«Ante las ganas de orinar hay que hacerlo”, concluyó.
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