Alrededor del 50% de los fallecimientos por accidentes de tránsito en el mundo involucran a los llamados “usuarios vulnerables de la vía pública”. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) entran en este paragua los peatones, ciclistas y conductores motorizados de dos o tres ruedas.
Aunque la COVID-19 ha hecho que la atención informativa de los medios de comunicación gire en torno a la pandemia, las redes sociales se hacen eco con relativa frecuencia de accidentes que involucran a corredores, pero sobre todo en los últimos meses a los ciclistas que han salido a la calle, en muchos de los casos, a trabajar como repartidores de productos tanto en Caracas como en el interior del país.
Cada vez más recibo reportes de ciclistas y de corredores que usan la bicicleta para movilizarse y trabajar, que son atropellados por automóviles y motos que se dan a la fuga.
Este jueves Leydi Monterola fue golpeada cuando se desplazaba por la avenida Libertador en dirección este a la altura de la principal de La Salle, en Los Caobos. Todo ocurrió cuando un vehículo entró en forma intempestiva a la vía llevándose por delante a un motorizado y este a su vez a la joven. El conductor huyó.
“En el Instituto Clínico La Florida le hicieron varios exámenes. Sufrió golpes y laceraciones, pero gracias a Dios no hubo mayores problemas físicos. Pese a que la parrilla de la parte posterior (donde estaba el bolso de delivery) amortiguó el golpe, el ring se dobló. Los motorizados tampoco tuvieron mayores problemas, aunque la moto derramó gasolina y quedó inoperativa”, indicó el también ciclista Luis Calderón, novio de Leydi.
Más respeto a los vulnerables de las vías públicas
Ante las restricciones propias por la pandemia, la escasez de gasolina que se ha presentado desde hace algunos meses y por la misma necesidad de luchar contra el cambio climático, la bicicleta se ha convertido en un medio de transporte en crecimiento. Por ello se hace imprescindible mayor precaución cuando se esté detrás del volante.
La primera semana de este mes escribía sobre lo sucedido al maratonista Brosnilaw Bednarsky, quien el 1 de julio, a eso de la 1 de la tarde, fue embestido a la altura del CCCT dirección este por una moto cuando se movilizaba en su bici acondicionada para hacer repartos. Explicaba en esa ocasión que no entendía por qué la moto de alta cilindrada no utilizó otro canal a pesar de que la vía estaba completamente libre. También afirmó que el casco le había salvado la vida.
“Tanto los ciclistas como los corredores merecen respeto cuando están en las vías, pues son los más débiles de la cadena. Hay que guardar distancia y preservar su vida. La tasa de accidentes ocasionados por terceros debería ser cero”, agregó Calderón.
Venezuela, el país con más accidentes viales en Latinoamérica
Según la OMS y su reporte de seguridad vial, aproximadamente 1,3 millones de personas mueren cada año en las carreteras del mundo, y entre 20 y 50 millones sufren lesiones no fatales. En 2018, Venezuela fue el primer país de América Latina con la mayor cantidad de muertes ocurridas por accidentes de tránsito. El porcentaje se ubicó en 33,7 por cada 100 mil habitantes.
Al transitar por la ciudad, los ciclistas deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Usar sus implementos de protección (casco)
- Ir por el canal más lento dependiendo de la vía
- Evitar el uso de audífonos para estar más atento
- Saber extender al menos uno de sus brazos para indicar los cruces
- Estar muy pendiente de lo que ocurre en su entorno
En el caso de los conductores no olvidar que llevan un arma poderosa y al pasar a un ciclista bajar la velocidad y estar siempre, al menos, a 1,5 metros de separación.
En Venezuela, las bicicletas pueden circular en todas las vías públicas y privadas destinadas al uso público permanente o casual, de acuerdo al artículo 5 del Reglamento de la Ley de Tránsito y Transporte Terrestre, a excepción de las autopistas y vías expresas (Art. 161, numeral 6).
Twitter, Instagram y Facebook: @42kilometros
Lee también:
Brosnilaw Bednarsky: El casco me salvó de una muerte segura