Aunque pareciera que el correr es simplemente colocarte tus zapatos de goma y arrancar a sumar kilómetros, hay una ciencia que cada día se perfecciona más detrás de este deporte.
Garantizar que la energía y los fluidos que se consumen durante la actividad en forma de carbohidratos y bebidas deportivas o agua lleguen a nuestros músculos en movimiento, es clave y determinante para el rendimiento.
De este proceso se encarga nada más y nada menos nuestro tracto gastrointestinal, por ende, debemos adaptarlo a que funcione a su máximo y que por supuesto disminuya cualquier tipo de incomodidad.
Si nuestro sistema gastrointestinal no funciona adecuadamente, tampoco la provisión de nutrientes será adecuada. Hay más riesgos de que problemas gastrointestinales se desarrollen durante la carrera.
La nutricionista Andrea Gilmond comparte algunas estrategias que pueden ser utilizadas para entrenar el estómago y el intestino:
- Ingerir volúmenes grandes de líquidos durante el entrenamiento.
- Salir a correr inmediatamente después de una comida.
- Consumir carbohidratos durante el entrenamiento, aumentado las dosis de éstos.
- Simular la estrategia de competencia, tanto en hidratación como en consumo de carbohidratos.
- Tener una dieta con un adecuado consumo de carbohidratos durante el día.
Estas estrategias deben ser practicadas por lo menos una vez a la semana durante los entrenamientos, siendo los largos un excelente momento.
Cuando el tracto gastrointestinal se acostumbre y se sienta cómodo con estos experimentos, la sensación de llenura que se puede apreciar durante la actividad consigue reducirse, habrá un mejor vaciamiento gástrico, es decir, los alimentos permanecerán menos tiempo en el estómago y su pase al intestino será más rápido y puede haber una mayor capacidad de absorción en el intestino y de entrega de carbohidratos en el músculo.
Esto al final va a traducirse en un mejor rendimiento, habiendo más seguridad con las estrategias nutricionales y aprovechando el máximo de los nutrientes con una disminución de los síntomas gastrointestinales.
No obstante, es preferible que estas tácticas sean personalizadas y llevadas de la mano con un nutricionista quien te puede orientar y asegurar el plan que mejor se adapta a tus necesidades, recuerda que todos somos diferentes. ¡Sácale provecho a tu deporte!
Fuente: Jeukendrup, A. E. (2017). Training the gut for athletes. Sports Medicine, 47 (Suppl 1:, S101-‐S110).
Contacto: Nutricionista Andrea Gilmond @eating4winning
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