A pesar de que muchas veces hubo que remar contra la corriente, los corredores demostraron una vez más de que están hecho. Ya el párroco de la Iglesia La Coromoto, en una hermosa misa por los maratonistas que incluyó el sábado la bendición de la medalla, dijo que este domingo los corredores demostrarían que en Venezuela sobra la ESPERANZA y que a pesar de las dificultades por la situación país saldrían a luchar por sus espacios y a hacer lo que le gusta: correr. Y así fue.
Unos 1.000 maratonistas salieron a las 6:00 de la mañana desde las inmediaciones del Parque Los Caobos para lograr alcanzar su objetivo. Para unos era su primer maratón, para otros el segundo, el quinto o para el gran amigo Ramón Mena, su número 50. Pero eso no importaba. Todos tenían un elemento que los motivaba: intentar cruzar la meta. Unos lo lograron y otro no, pero sin duda todos dieron su máximo esfuerzo por obtener la presea.
Ayer fue una mañana caliente y no solo fue lo rudo que estuvo el clima, sobre todo en la segunda vuelta, sino por el calor humano que había en muchas calles y avenidas. Por un lado estaban los clubes de corredores que se apostaron en la ruta para entregar agua, música, bailes y alegría a los participantes, pero también estaba el ciudadano común que sin saberlo se consiguió a cientos de corredores en la vía y comenzó a auparle como se vio en Las Mercedes e incluso en la avenida Bolívar.
Pura solidaridad fue la que los corredores experimentaron. Agua, gajos de mandarina, Gatorade o pedacitos de papelón salió el caraqueño a repartir sin ningún tipo de limitación. La consigna era solo ayudar a esa mujer de 30 o al cincuentón que venía poniéndole un mundo para no desfallecer. En más de una ocasión acalambrados en la Río de Janeiro eran apoyados por otros, que los acostaban en el piso y lo ayudaban a estirar para luego ese corredor seguir e intentar llegar a Los Caobos. Muchos ejemplos de lo grandioso que es el venezolano colmaron al maratón Caracas 42K.
Ni hablar de la solidaridad en la llegada donde entre corredores, amigos, familiares y paramédicos conducían a los afectados a los puestos médicos, donde los profesionales de la salud, Protección Civil y Bomberos hicieron un trabajo maravilloso al responder a unas 300 asistencias. Igual hay que reconocer el gran trabajo de los funcionarios policiales de Libertador, Baruta, Chacao y Sucre para resguardar a los maratonistas y a veces tener que lidiar con personas a quienes se le hace difícil entender que una calle se cierre o se restrinja el tránsito por un maratón.
Y lo que al final se vivió en el estacionamiento del Colegio de Ingenieros fue sin duda alguna apoteósico. Cientos de corredores de clubes de Caracas y del interior compartiendo con amigos y familiares una comida o una cervecita, contando lo vivido e intercambiando ideas sobre los próximos desafíos, a pesar de que a algunos les costaba poner un pie delante del otro por lo adolorido que estaban. Pero así son los corredores. Una familia muy especial de guerreros que tiene en la montaña o en el asfalto su campo de batalla.
Twitter, Instagram y Facebook: @42kilometros
Lea también:
Trujillo se impuso en Maratón Caracas 42K
Hermoso este artículo, refleja lo vívido el 28 de abril próximo pasado, la alegría era contagiosa, el apoyo de los funcionarios de seguridad fue impecable, el apoyo de los club y de los ciudadanos de a pie fueron los ingredientes que hicieron que la experiencia fuera algo inolvidable, los felicito y hago llegar mi agradecimiento a todos
This post is invaluable. How can I find out more?
I do consider all the concepts you’ve offered to your post.
They are really convincing and can certainly work. Nonetheless, the
posts are very brief for starters. May just you please lengthen them a bit from subsequent time?
Thanks for the post.