Muy mal comienza el 2020 para los corredores y visitantes que hacen vida en el Parque del Este. El 2019 cerró con un creciente número de robos de baterías y cauchos. Apenas los delincuentes abrían el automóvil también cargaban con carteras, bolsos y celulares. Lamentablemente una constante que se ha venido repitiendo, con sus altibajos, a los largo de los últimos años.
Este viernes el acto delictivo fue distinto. Poco después de las 6 de la mañana, un hombre trigueño con gorra robó a una chica que entrena en el club de corredores Félix Runners. Lo hizo con pistola en mano. Poco antes lo había intentado en el club del profesor Jorge Cádiz.
“Eran como las 6.05 de la mañana. Observé a un joven delgado, short azul y franela negra ajustada por la colina. Me llamó la atención y pasó frente a mí. Vi que se dirigió hacia el baño de los caballeros. Yo estaba de espalda al baño pero tuve un pálpito y pensé que se iba a devolver hacia donde yo estaba. Efectivamente lo hizo. Yo tenía mi celular en la mano con la linterna encendida y se la dirigí hacia su cara. Varias veces me dijo que apagara la linterna y le pregunté qué le pasaba. Tenía la mano en la cintura, pero no había sacado la pistola. En eso Zambrano gritó para saludarme y el delincuente corrió hacia la colina”, narró Jorge.
Dijo que inmediatamente se acercó para alertar de lo ocurrido al entrenador Félix, cuyo grupo se congrega a unos 100 metros, y a buscar a la policía. Cuando regresaba -después de intentar por varios minutos sin éxito conseguir a policías- observó a una corredora amiga que le levantaba los brazos. El mismo sujeto, pistola en mano, le había robado su celular.
Una vez más los grandes afectados son los corredores que desde muy temprano en la mañana comienzan sus entrenamientos dentro de un espacio con muy escasa luz y también muy poca vigilancia por no decir que nula.
Es muy frustrante que día a día, semana a semana, mes a mes, los delincuentes acaben con las iniciativas y hasta con los sueños de mujeres y hombres que solo desean mejorar su calidad de vida. He conocido a muchos que luego de ser asaltados han dejado el Parque del Este y hasta prefirieron dejar de correr en espacios públicos.
Ante estas circunstancias, las autoridades toman acción en las primeras de cambio. Se ve algún que otro guardia por las caminerías e incluso por la pista de tierra. Dos-tres días después ya no están. Lo mismo ocurre en los estacionamientos.
Pese a que hemos insistido en que se establezcan módulos de seguridad permanente en sitios claves esto no se ha hecho. Tampoco la vigilancia se mantiene en el tiempo.
El llamado es nuevamente a las autoridades para que distribuyan de la mejor manera a su personal de seguridad. No tiene sentido que haya en ocasiones tanto GNB, milicianos y trabajadores de Inparques en la entrada peatonal y muy poco por las áreas donde se movilizan los visitantes y entrenan los corredores. Los efectivos de PoliMiranda dentro del Parque deberían tener una mayor presencia localizada, al igual que la Guardia Nacional.
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Muy agradecidos por tu articulo Ernesto , lamentablemente como comentas estos se volverá sal y agua , veremos presencia de las autoridades por unos dias y luego volveremos a lo mismo , sálvese quien pueda….. volverán las eternas promesas! ¿ Cuando van arreglar el sistema de iluminación integral del parque ? , el hampa acosa a su víctima en la soledad y oscuridad……