Para cualquier deportista una lesión genera frustración. Es distanciarlo de sus rutinas de entrenamientos y por ende de su estilo de vida. Nadie está exento de que algo así ocurra, pero hay algunos hábitos que pueden evitar a que esto ocurra.
1.- Elabora un plan de entrenamiento. Organizar la preparación es fundamental. La intensidad de las sesiones debe alternarse, de manera que la carga no sea excesiva en días continuos.
2.- Usa la ropa adecuada. Cada vez más hay indumentarias que especialmente son confeccionadas para cada deporte, con telas livianas que facilitan la transpiración y la movilidad. El uso del calzado adecuado es fundamental.
3.- Estira. Después de entrenar, el estiramiento pasivo ayuda a que la recuperación sea más rápida, sobre todo en deportes de alto impacto.
4.- En el caso de correr hazlo sobre distintas superficies. Tierra o grama ayudan a disminuir los efectos en los músculos y en las articulaciones.
5.- Respeta el descanso. En cualquier plan de entrenamiento el descanso es fundamental, porque ayuda a la recuperación y al equilibrio mental.
6.- Escucha tu cuerpo. En caso de alguna molestia tómate un par de días libres. Hay momentos en que el cuerpo enciende luces rojas que bien vale la pena observar y tomar las acciones necesarias. Al retomar los entrenamientos evita recuperar los días «perdidos». Continúa con tu plan establecido.
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