Hay un dolor que en algunas ocasiones se presenta en corredores y en otros deportistas que puede deberse a la sobrecarga del tendón de Aquiles, la banda que conecta los músculos de las pantorrillas en la parte trasera e inferior de la pierna con el hueso del talón.
Aunque la mayoría de los casos se tratan en casa, hay que estar muy atentos a que pueda agravarse y conducir a una rotura del tendón.
Conocida como la tendinitis de Aquiles es causada por someter a tensión repetitiva o intensa al tendón de Aquiles. Es una estructura que se debilita con la edad y hace muy propensa a ese tipo de lesión a las personas que solo practican deportes los fines de semana o aumentan de repente la intensidad de sus programas de entrenamiento.
Ente los factores de riesgo que elevan las posibilidades de padecerla están los siguientes:
- Sexo. Los varones padecen tendinitis de Aquiles con más frecuencia.
- Edad. La tendinitis de Aquiles es más frecuente a medida que envejeces.
- Problemas físicos. Si naturalmente tienes pie con arco plano, es posible que apliques más presión en el tendón de Aquiles. La obesidad y la rigidez muscular en las pantorrillas también pueden aumentar la presión en el tendón.
- Opciones de entrenamiento. Si corres con un calzado gastado, puedes aumentar el riesgo. El tendón duele, con mayor frecuencia, cuando hace frío, no cuando hace calor; y correr en un terreno montañoso también puede predisponerte a sufrir lesiones en el tendón de Aquiles.
Prevención
Decidí escribir sobre este tema, porque hace unas tres semanas corrí con unos zapatos muy desgastados en su suela y apenas terminar sentí la molestia. El reposo y la terapia de calor-frío me ayudaron. Y les cuento que comprimía el tendón con los dedos y sentía el dolor. Se me agravó el fin de semana en un largo para el maratón de Caracas 42K.
Por eso no me extrañó ver en una investigación de la Clínica Mayo las siguiente medidas preventivas:
- Aumenta tu nivel de actividad de manera gradual. Si recién estás comenzando con una rutina de ejercicios, empieza lentamente e incrementa progresivamente la duración e intensidad del entrenamiento.
- Tómalo con calma. Evita las actividades que provoquen un esfuerzo excesivo para tus tendones, como carreras de montaña. Si participas en una actividad exigente, primero haz ejercicios de calentamiento a un ritmo más lento. Si notas dolor durante un ejercicio en particular, suspende y descansa.
- Escoge tu calzado cuidadosamente. El calzado que tengas puesto mientras te ejercitas debe proporcionar una amortiguación adecuada para el talón y debe tener un soporte firme para el arco, a fin de ayudar a reducir la tensión en el tendón de Aquiles. Reemplaza el calzado desgastado. Si tu calzado se encuentra en buen estado pero no tiene un buen soporte para los pies, intenta usar soportes para el arco en ambos lados.
- Haz estiramientos todos los días. Tómate el tiempo para estirar los músculos de las pantorrillas y el talón de Aquiles en las mañanas, antes de ejercitarte y después de ejercitarte para mantener la flexibilidad. Esto resulta especialmente importante para evitar la recurrencia.
- Fortalece los músculos de las pantorrillas. Los músculos fuertes de las pantorrillas permiten que las pantorrillas y el tendón de Aquiles soporten mejor el esfuerzo que se realiza durante la actividad y el ejercicio.
- Hacer entrenamientos cruzados. Alterna actividades de alto impacto, como correr y saltar, con actividades de bajo impacto, como andar en bicicleta y nadar.
Por los momentos estoy de reposo, sigo con mi terapia y algunos estiramientos, que alterno con clases de spinning por su bajo impacto.
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